Marisa Godínez

Su obra comenzó a tener visibilidad en la nueva etapa que la revista Monos y Monadas iniciara en 1978, donde creó, desde su feminidad, un lenguaje y un universo sumamente personales.

Ninguna artista peruana caló tan profundo en el cuestionamiento de todas las “naturalizaciones” que signan la condición femenina. En sus dibujos el matrimonio, la maternidad, la subordinación sexual, los roles de género son diseccionados y cuestionados con sutileza, pero, a la vez, de manera cruel y directa, con una extraña mezcla de humor negro y melancolía.

Después de Monos y Monadas, Marisa Godínez comenzó a militar en el feminismo. Siguió haciendo historietas y material visual, pero esta vez para la educación popular, sobre todo en el tema de género.

En los últimos años ha decidido volver de ese aparente silencio en el que se mantuvo durante décadas.