Las mejores frases de El Principito y por qué este libro sigue marcando generaciones

Hace casi un siglo que Antoine de Saint-Exupéry escribió uno de los cuentos más famosos de todos los tiempos, una historia que contenía más verdad que ficción en todos sus aspectos. Más allá de que el relato estuviera inspirado en un accidente que tuvo el propio autor, el sincrónico encuentro de un aviador con un príncipe interplanetario en busca de respuestas convierte este libro en una oportunidad para volvernos a enontrar con nuestro propio niño interior.

Se estima que el libro ha vendido más de 200 millones de copias y ha sido traducido a más de 300 idiomas. Y es que, de una premisa bien sencilla –las aventuras de un principito que viaja por el universo– esta historia regala grandes enseñanzas universales sobre la amistad, la identidad y el sentido de la vida. Y cómo siempre viene bien recordar aquello de que “lo esencial es invisible a los ojos”, hoy te traemos 10 frases de El principito que nos siguen emocionando y haciendo reflexionar.

10 frases de 'El Principito' que te harán reflexionar

1. «Todas las personas grandes han sido niños antes. Pero pocas lo recuerdan»

Si algo pretende enseñarnos esta historia, es que cuando crecemos perdemos la inocencia que nos hace confiar en que cualquier cosa es posible y la capacidad de apreciar la esencia de los pequeños detalles. Poco a poco añadimos capas de responsabilidades, modales, prejuicios y obligaciones que no nos permiten recordar la mirada con la que veíamos las cosas de niños.

 

2. «Cuando el misterio es demasiado impresionante, no se puede desobedecer»

Una de las primeras lecciones de esta aventura llega con la escena en la que el principito aparece en mitad del desierto, donde el aviador ha tenido el accidente, y le pide que le dibuje un cordero. El piloto, un hombre acostumbrado a los hechos y la lógica, se rinde ante la posibilidad de escuchar a un niño que no sabe ni de dónde viene.  

Así, el cuento nos propone que hay momentos en los que algo puede sorprendernos de tal forma que no podemos actuar con indiferencia; lo único que nos quedo es obedecer, no porque nos ordene, sino porque sentimos que algo profundo de su inverosimilitud nos llama. Así, pues, obedecer al misterio puede convertirse en el principio del cambio.

 

3. «Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día cada uno pueda encontrar la suya»

En el capítulo VII, el principito intenta llamar la atención del piloto, que está obsesionado con arreglar la avioneta para poder regresar a su planeta. Perdidos ambos en el desierto, sin saber bien cómo regresar a sus casas, el pequeño reflexiona sobre el deseo de que nuestras búsquedas no sean en vano y que tengan un sentido concreto. Las estrellas como guías inspiran la idea de que no estamos solos ni perdidos, sino que existe algo esperándonos, algo que, de alguna forma, nos corresponde encontrar.

4. «Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos»

En el capítulo IX, cuando el principito visita el planeta del bebedor, reflexiona sobre la naturaleza de algunas conductas humanas. Para crecer, comprender y encontrar sentido a la vida es necesario desviarse, cambiar de dirección, hacer pausas y explorar lo inesperado. Si solo seguimos una ruta rígida es inevitable limitarnos.

 

5. «Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás»

En el capítulo X, cuando el principito visita al planeta del rey, este le habla de poder, justicia y juicio para explicarle que aplicar estas cuestiones a los demás puede ser fácil, pero a uno mismo es una tarea mucho más compleja. Juzgarse a uno mismo exige honestidad, valentía y humildad. Implica reconocer errores y contradicciones, cuestiones que no son siempre cómodas o evidentes vistas desde el propio prisma. Pero la verdadera autoridad moral empieza por uno mismo: si queremos tener criterio sobre aquello que está bien o mal en los demás, primero debemos aplicarlo a nuestra propia vida.

6. «Los hombres se pierden en el número y olvidan lo que buscan realmente»

En el capítulo XIII el principito se encuentra con un hombre de negocios que está obsesionado con contar y poseer estrellas sin ningún tipo de propósito real, más que acumularlas. En esta reflexión sobre la obsesión por poseer cosas materiales sin un verdadero sentido, esta frase refleja la ceguera de los adultos de encontrar un sentido, una esencia, a aquellas victorias que consiguen (sean o no materiales).

 

7. «Uno corre el riesgo de llorar un poco cuando se ha dejado domesticar»

El capítulo XXI –el encuentro del principito con el zorro– es uno de los más bonitos y reflexivos de esta historia y está plagado de frases a las que merece la pena dedicar unos minutos. El zorro, un animal salvaje harto de vivir huyendo de los humanos que quieren cazarlo, le pide al principito que le domestique para así poder crear un vínculo especial con él y dejar de sentirse solo.  

Esta domesticación, que en la versión original del libro usa la palabra apprivoiser, hace referencia a familiarizarse con el otro, es decir, a crear un vínculo profundo basado en los lazos afectivos que se van generando. 

A pesar de que el principito le advierte de su corta estancia en aquel planeta, el zorro sigue adelante con su petición respondiendo que, a pesar de saber que su relación tendrá un final, ve mucho más valiosa la oportunidad de crear aquel lazo especial. 

 

8. «Es el tiempo perdido por tu rosa lo que hace que tu rosa sea tan importante»

También en el capítulo XXI, el principito le habla al zorro del amor que siente por la rosa, que a pesar de ser igual que todas las rosas del universo, él sería capaz de reconocerla en cualquier lugar porque es especial. El zorro le recuerda entonces que el valor de alguien o algo no está en su apariencia o rareza, sino en el vínculo que hemos construido con esa persona o cosa a través del tiempo y el cuidado que le hemos dado. Y que, en definitiva, el amor y el afecto se construyen, no nacen de la nada.

 

9. «No se ve bien si no es con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos»

La frase estrella del cuento de El principito es sin lugar a duda esta, también escrita en el capítulo XXI. Muy relacionada –de hecho, separada por unas pocas líneas– con la frase anterior, esta reflexión profundiza sobre la importancia de mirar más allá de las apariencias y valorar lo que realmente importa en la vida. El amor, la amistad, la bondad, … no tienen forma visible, pero son las cosas que dan significado a nuestra existencia.

 

10. «Lo hermoso del desierto es que en alguna parte esconde un pozo»

En el capítulo XXVI, de vuelta al desierto con el aviador, ambos reflexionan sobre la soledad, la esperanza y la búsqueda del sentido de la vida mientras buscan agua. Es entonces cuando el principito entiende que, incluso en los momentos más áridos de la vida, hay algo valioso esperándonos, aunque todavía no seamos capaces de verlo. La belleza, en realidad, está en la posibilidad, en aquello que da sentido al vacío.